miércoles, 31 de octubre de 2007

Tahurlandia.

Hoy los pasos nos llevan al agua, pero secos.
En una alfombra que flota se giran destinos e ilusiones, el asombro de todos es hipnótico.
Almas y almas siguiendo manos cancheras que mueven de acá para allá la esperanza cortada en círculos o rectángulos, en cubos o esferas, pasiones azarosas de esos enamorados del paño.
Y por un rato me disfrazo de uno, como cuando nos dejamos apasionar por 90 minutos de esa belleza interpretada por cuarenta y cuatro piernas (si nada sale mal).
Todos en vilo, un instante de calma previo al tormentoso resultado (ya sea positivo o negativo).
Y las sorpresas que a veces juegan del lado de acá, por más rivales que parezcan cuando ese nueve inoportuno deshace la euforia que ya estaba por desbordarnos.
Por un rato, el mundo gira y uno se lo imagina como la bolita de una ruleta gigante, y todos esperando a ver qué número sale, a ver si sus apuestas...

lunes, 1 de octubre de 2007

Cinco magníficos.

La humedad se hace caldo y en este cubo se cultiva el rock.
Misceláneos por naturaleza, cinco locuras entrelazadas en el centro de un cruce fabuloso.
Doce cuerdas que hacen buenas migas en su claroscuro delirante, se dan paso mutuamente en soledades idoneamente acompañadas.
Una voz que recorre veredas arrabaleras se hace eco de ideas sin corromper por los chillidos más vacíos del nuevo shoppingroll.
El mago de dos varitas saca de su galera emparchada los golpes justos, mientras que los dedos largos del socio se encargan de embellecer ese universo grave que completa el lugar.

Cultivo de semillas que germinaron en los adoquines.
Frutos de una ochava mística.
Son la esperanza de esta trinchera, el futuro que nuestros oidos quieren percibir cuando hablamos de resistir.