sábado, 30 de junio de 2007

Ruego.

"Perdí mi reloj en la arena
busqué tu cara en el tiempo
pero es un sueño la vida:
la sed no los deja pensar
en tumbas muertos y calmas.

Quise atrapar los espacios
los pueblos tienen mil años
la vieja angustia un día.

El misterio se burla del tiempo
NO ABRAS NUNCA ESA PUERTA.

Baila, nena, quiero ver tu cara entre las luces hoy.
Baila, el amo de tu alma volverá en la sed de ser.

El humo confunde a la gente
todo se muere de repente, amigo.

No, no, no.
No puedo detenerme,
es que tengo algo aquí adentro
siento que me estalla el corazón.

...

Ardiente miraste el día
las rutas salen de tu cuerpo
apenas si viste la vida:
el cielo te estaba esperando
(respiras ahora en silencio).

Desnuda cruzaste el bosque
tu cara dudaba en la lluvia
yo quise extenderte mi mano.

Las esferas giraban en el cielo,
ahora sos una de ellas.

Baila, nena, quiero ver tu cara entre las luces hoy..."

viernes, 29 de junio de 2007

Aham.

Otra de esas noches donde refugiamos suburbios anímicos en el rincón de la locura.
Asado ¿asado? qué importa si estamos para otra cosa.
Vino, como siempre, el mejor amigo del hombre.
Whiskola, fernandito y más. Madera tuquera, sueño incandescente, tristezas definitvamente suaves y la lima de encontrar un regalo con delay.
Porque los tesoros están sin tiempo en esta era.
Hay cofres que se hacen desear y aparecen cuando buscamos cualquier otra cosa.
Gracias, de en serio. Jamás lo hubiera pensado.
Por más que Don Juan no exista más.
GRACIAS.
Dame Villa Crespo tus últimos susurros
que inestable Natura nos quiere drenar.
Seamos redondos como credo infinito
porque estamos atados al sueño del mar.

lunes, 18 de junio de 2007

Ir y venir.

De Parque Pompeya a Barracas. De Barracas a la locura.
El laberinto de la inconciencia tenía una entrada hermosa y más no me acuerdo.
Sustentados por el licoroso y un Blender's idoneo, el tambaleo comienza tentador y los asfaltos se burlan de nuestro andar. La fiesta también se ríe de nosotros (y no con nosotros).
Entonces a pedalear, caballeros.
Un teatro liliputiense, pero grande por dentro, actúa de caja negra en este desastre mental.
Hay chispazos de luz, igual, como el afortunado encuentro con un pescador de ilusiones que siempre tira algún salmón anímico para los que andamos con el siendo de bajón.
Eso.
Hay personajes que con sólo aparecerse te devuelven el precio que pagaste por entrar a un boliche, o a la vida.
Y después la huida hacia el aire, donde un deja vu me encuentra sorprendido ante la hostil mirada del obelisco: el mismo mareo en la misma esquina.
Será que, entonces, no crecí tanto... o me encogí, tal vez.

sábado, 16 de junio de 2007

Cuidado a quién votás...

Los cementos que sostienen nuestros pies están fríos como el iglú de un mercenario.
Por más que placita y corazón, el asfalto pide juicio de fidelidad, y ahí es donde vamos muertos si nuestro compromiso se trata de un sitio.
¿Aclaración?
No.

¿Desarrollo? Sí.
Los guachos nos cobijamos en la placita par largo de veces, y su tragedia azulada nada se propuso contra nosotros.
Estamos afianzados por la costumbre y el aguante tranquilo.
Acá nadie quiere barrabravas de cotillón ni pymes de aliento firme.
Sencillamente buscamos amor para la casaca que se viste semanalmente, como apoyo más allá de cualquier resulte.
No debemos juzgarlos si es su primer campaña.
No debemos parcializar votos si acabamos de entrar al negocio.
No debemos cargarnos el traje de salvador sabiendo la realidad.
Ojos azules no dicen nada.
Bigote recio como la mano que lo peina.
La Luna contempla matices ilustres.
Poesía encarnada, apremio del cielo.
Cuidemos nuestro voto lejos del proyecto que viste de cordero.

Salir.

"Para algunos la vida es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos.
Yo más humilde soy, y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo me transporte mecido hasta el siguiente...".

Salir. Beber. El rollo de siempre...

Nochecita.

Caminante caminando, consejero de los pibes por propísima voluntad.
La placita es ante todo un lugar nuestro.
No por historia ni por limadas: sencillamente nuestro.
Por ratos y por flayes, por cielo y por infierno, por los todos y una nada.
Ahí sí que sabemos cómo estructurarnos.
En pequeño ejército resistente que corona los auspicios íntimos como el sueño inesperado.
Somos paradigma cultural donde no queda ni un oasis.
Somos, más que nada, libertad de pensamiento y rocanrol en ochava loca.
El poético precipicio donde lanzarse cuando la nada invade irreverente.

viernes, 15 de junio de 2007

Noche de Club.

Cuando el cielo está gris de frío no sabés si Buenos Aires es la de arriba o la de abajo.
Se mimetizan.
Y nosotros imprimimos una huella atrás de otra en su húmeda superficie, buscando el oasis seco en este desierto de agua.
Siempre hay alguna balsa inmueble para las buenas almas malas.
Como el naiclú, esa cuna de anécdotas que adherezan cualquier vida, y su refugio ayer.
Mirá que caían las gotas, eh. Caían como fundamentalistas suicidas contra todo sólido, y contra todo calor también. Pero el parrillero anda de galera y varita, y saca conejos ígneos.
Un aplauso. Mil aplausos. Que ardan las manos como el fuego del asador, por su milagro ahumado llenando nuestros bombos.
Y otro aplauso para el Fernet, que se lleva tan bien con la humedad.
Qué belleza la noche de lluvia del lado de adentro de la locura, por más que mañana me pidan licencia Memoria y Marulo.