viernes, 29 de junio de 2007

Aham.

Otra de esas noches donde refugiamos suburbios anímicos en el rincón de la locura.
Asado ¿asado? qué importa si estamos para otra cosa.
Vino, como siempre, el mejor amigo del hombre.
Whiskola, fernandito y más. Madera tuquera, sueño incandescente, tristezas definitvamente suaves y la lima de encontrar un regalo con delay.
Porque los tesoros están sin tiempo en esta era.
Hay cofres que se hacen desear y aparecen cuando buscamos cualquier otra cosa.
Gracias, de en serio. Jamás lo hubiera pensado.
Por más que Don Juan no exista más.
GRACIAS.

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